“¡Vos
y tus inquietudes!” fue la expresión de mi hermana al hacerle algunas preguntas
sobre una costumbre muy propia de las mujeres: juntar bolsas. Es que en los
últimos días caí en la cuenta que se trata de una manía femenina más frecuente
de lo que pensaba esto de guardarlas y me predispuse a indagar en por qué lo
hacemos.
Algo
que por cierto suele generar más de un comentario despectivo por parte del
sector masculino que inmediatamente dice:
“¿Para qué guardás tantas bolsas? ¡Tirá todo a la basura!” O peor aún: “¡Te las
voy a tirar la basura en cualquier momento!” ¡Sacrilegio total! Pero nosotras
no nos dejamos amedrentar, las defendemos cuan si fueran nuestros hijos recién
nacidos, apretándolas todas juntas contra nuestro pecho.
Jajajajaja.
Está bien, suena a exageración, lo sé. Algunas podremos tener más cantidad,
otras menos. ¡Ojo que no se trata de coleccionarlas! Sólo doblarlas para que no
se arruguen y colocarlas todas juntitas en el fondo del placard o en un cajón.
Hasta que un día nos damos cuenta que ninguno de los dos ya cierran, que en el
apuro por sacar una quedaron todas revueltas y esparcidas. Nos decimos: “Prometido:
el fin de semana (por poner una fecha, también vale: más tarde, mañana, el
viernes o x día) hago una selección y tiro las que estén de más”, pero eso
nunca ocurre. Sólo las corajudas y las que se precian de ser prácticas tienen
la capacidad de hacerlo sin sentir un sentimiento de pérdida.
Que
quede claro que me estoy refiriendo a las bolsas que nos dan en una tienda de
ropa o en una zapatería cuando compramos algo, o las que vienen con un regalo;
no hablo de las bolsas de supermercado que generalmente todos usamos para tirar
la basura (y que esas también las juntamos pero por ser descartables y sacarnos
de apuro), porque respecto de esas no desarrollamos ningún tipo de sentimiento.
Pero
bueno, me surgió la duda después de ver la expresión que hacía el marido de una
amiga, mientras ella contaba la cantidad de bolsas que tiene guardadas;
situación que se me tornó bastante conocida. Y de repente recordé que es la
misma que ví varias veces en la de mi viejo, por ejemplo, cuando buscaba alguna
cosa en el ropero y hallaba un montón, una dentro de otra, que había guardado
mi mamá. Fue ahí donde dije: “Epa, esto no es nuevo”.
Evidentemente
mi afición ya viene de mucho antes, casi como una herencia. Una costumbre que
tal vez la mayoría de las mujeres recibimos como legado de nuestras madres. Tengo
que admitir que mi vieja siempre ha guardado -y guarda- todo tipo de bolsas y
bolsitas. Y es cierto, como dice Lis -una gran colaboradora de Muñeca
Articulada-: “¡Ooobviooo, las juntabolsas
venimos de largas generaciones!”
Por
lo que a mí respecta, las bolsas me despiertan mucha pena tener que usarlas,
que se desgaste o se rompan. Me gustan cuando todavía están nuevitas, sin uso,
sin ningún rasguño. Me atraen por los colores, las tipografías, las imágenes,
la textura, los impresos originales que tienen. Por eso las guardo. Obvio que
detrás de todo esto también está la explicación de que las conservo para
justamente usarlas alguna vez para llevar algo y no cargarlo en la mano o
meterlo dentro de la cartera. Pero si puedo evitar utilizarlas, mejor.
LAS CHICAS RESPONDEN
A
esta altura ustedes estarán planteándose si tendré algún fetiche con las bolsas
como para estar tratando de dilucidar el por qué de esta costumbre tan
recurrente en mí y en la mayoría de las mujeres y que se pasa casi de
generación en generación.
De
esta duda y el querer saber lo que piensan mis congéneres envié una serie de
preguntas a algunas amigas, colegas de trabajo y conocidas, consultándolas por
lo mismo. Todas, de una u otra forma coincidieron que en gran parte se guardan
para cuando necesiten, pero me respondieron que en general los hombres también
las guardan para utilizarlas en alguna oportunidad posterior o por lo menos se
ven beneficiados porque también suelen pedirlas.
Prometí
que no daría nombres, así que las voy a citar con las letras de sus iniciales.
Estas fueron algunas de las respuestas:
Por
ejemplo LT me confesó que ella es
muy práctica y que las guarda “porque siempre necesitás alguna para llevar algo
y te saca de apuro, pero generalmente las tiro, guardo sólo algunas”.
VP por su parte admitió que hace unos
días finalmente hizo una selección y tiró como 50; “tenía una cantidad enorme
en el armario, porque se me había mezclado todo: las bolsas, con papel de
regalos y moños, un pegote total. Pero igual dejé alguna porque una nunca sabe
cuándo se pueden necesitar”.
AM no hizo diferenciación respecto de
los géneros, ella no considera que se trate de una costumbre netamente femenina:
“acá siempre juntamos por el tema de los viajes, siempre se necesita una bolsa
reforzada de cartón en algún momento o para un viaje. Es más antes que yo
viniera, M (novio) ya tenía un par y bueno… después se fueron sumando con las
cosas que uno compra. Sí es cierto que (al menos yo) las guardo porque en algún
momento sé que las voy a usar para algo y porque me da cosita tirarlas que se
yo. No me detuve a pensarlo taaaanto”.
LDC me contó algunas apreciaciones suyas,
un poco confundida al principio, respecto de qué bolsas hablábamos pero me
pareció que bien valía compartir su experiencia y punto de vista: “Habré dejado
una gran herencia en mi cajón del trabajo anterior. Yo las junto porque no
compro bolsas de consorcio o de residuos y por eso las utilizo como bolsas de basura;
independientemente de que siempre las necesito para guardar libros o ropa que
no uso, las junto en montoncito y las pongo dentro... Yo soy la reina de las
bolsas, pero no conozco ninguna mujer que no lo sea [:)] En cuanto a los
hombres y el tema de las bolsitas, no sé de muchos... Sí recuerdo a papá que
jamás se haya quejado por el hecho de que mamá las juntaba y él las iba sacando
los sábados para poner sus botines de fútbol... siempre recuerdo de verlo sacar
las bolsitas, en casa siempre fueron muy útiles y nadie se ha quejado. En
cuanto al último sujeto que recuerdo (ya sabés quien) él también guarda las
bolsitas porque las utiliza para los viajes. Acá, los hombres que viven en esta
casa, no las tiran e incluso veo que las guardan; en conclusión, no he
escuchado a ningún hombre quejarse de tal maña o manía, ya que ellos sacan muy
buen provecho”.
Pero
debidamente aclarada la cuestión respecto de qué tipo indagaba explicó que sí
las junta, “debo tener como 20 seguro, desde chiquitas hasta re grandes en
tamaño y lo hago porque son prácticas y hay ciertas cosas que si las tenés que
trasladar no quedan -por llamar de alguna manera- elegantes, porque las bolsas
de súper son para residuos en su mayoría, pero las que son mas
"coquetas" sirven, hasta incluso como bolso o cartera; también tendrá
que ver con la resistencia”. En opinión de LDC no es una costumbre netamente
femenina, “he visto a hombres que las tienen guardadas y ni hablar si son
hombres que se guían por las marcas; he visto por ahí un par de bolsas de
marcas guardadas. Jamás los escuche quejarse y todo lo contrario, ellos siempre
están dispuestos a usar las bolsas más "lindas". Puede ser que los
hombres que se quejen sean los más grandes y que no estén tanto en la pavada, pero
de los 45 para abajo también las juntan y las guardan. Te lo digo porque lo vi.
Es más, te diría que dejó de ser terreno exclusivo de las mujeres el juntar
bolsas, y sobre todo si nos referimos a las bolsitas "chetas"; una
vez lo he visto a C (ex) sacar una de esas de marca y poner la ropa para
llevársela a su mamá para que la lave; o sea las guardan las exhiben y las usan”.
VU reconoció que tiene entre 50 y 70
bolsas y las juntas “porque me gustan. No sé si es una costumbre netamente
femenina pero sólo conozco mujeres que lo hacen”; sostuvo además que en general
“en algún momento te puede sacar de apuro, yo siempre guardo las más lindas,
como colección. Generalmente las bolsas te recuerdan el momento de la compra y
lo que sentiste cuando lo adquiriste. No creo que haya mucha explicación de
porqué las guardo, ya que casi nunca las uso, es más que nada saber que están
ahí. Jajajaja, muy loco pero es así, debe
estar en nuestra naturaleza”.
En
tanto, CB respondió que las conserva
para darles algún uso, “creo que juntamos por utilidad y por estética”; en
tanto no descarta que algunos hombres también las guarden. En general el uso
que les da a las que son muy lindas es “para trasladar libros por ejemplo” y
planteó que “tal vez haya algunas bolsas de tiendas de marca que se juntan para
trasladar cosas y lucirlas, a modo de marcar algún tipo de prestigio
socio-económico”.
VC reconoció que las mujeres solemos
guardarlas “porque son lindas, coloridas y nos dan lástima tirarlas y creemos
que en algún momento las vamos a usar”. Coincidió en que se trata de una
costumbre netamente femenina, porque “los hombres las tiran en cuanto llegan a
la casa”. En su caso, asegura tener cerca de 100, “es directamente proporcional
a mis compras compulsivas: cada compra = una bolsa”. Consultada acerca de qué
experiencia ha tenido con el género masculino dijo que “les revienta que
nosotras las guardemos, o que como yo se las pida -ya que las van a tirar- para
guardarlas”.
Por
su parte, AH admitió que es una loca
de la compras y que por esa misma razón tiene un montón de bolsas, “Sabés que me
encanta ir de compras, me refiero ¿A quién no? Y no puedo tirar esas bolsas
grandes o chicas en las que te dan lo que compraste, algunas son de lujo y no
puedo tirarlas a la basura. No diría que las colecciono, sino que las ahorro,
las salvo, jajajajaja, pero guardo sólo las de buena calidad y que son
resistentes. Las uso para llevar todo tipo de cosas, me refiero a que se ven
mejor que usar una bolsa de plástico de supermercado ¿no? Tengo algunas que
tienen más de cuatro años y no las quiero usar, me resultan muy bonitas y como
en algunas tiendas te suelen dar papeles de regalos para envolver la compra, también
los aliso primero y luego los doblo y guardo. De esa forma podré volver a
utilizarlos para el cumpleaños de alguien o para alguna ocasión especial que
tengo que envolver algo. La forma en que guardo la bolsas y los papeles es
poner todas dentro de una más grande y listo”.
SA por su parte contó que las junta
“porque me gustan y también para llevar cosas que no me entran en la cartera, a
veces inclusive para no llevar un bolso por miedo a los robos. Creo que es una
costumbre netamente femenina y tengo como 50 bolsas, es más creo que las
colecciono. A veces J (marido) me carga “cuando salgo con la bolsita”, dice que
parezco una vieja, jaajaja. Por lo que dije anteriormente sirven para llevar
cosas que no entran en la cartera. Aparte hay algunas que son preciosas y dan
pena tirarlas y si es de alguna marca importante mejor, jajajajaja”.
AV reconoció que es “una vieja
coleccionadora de bolsas y bolsitas, porque también hay algunas pequeñitas que
te regalan con alguna bijou o cosa de tamaño chiquito, así que sí, las que me
gustan van quedando. Las chicas solemos ser muy guardadoras de todo, como dice
la psicóloga Pilar Sordo en su libro "Viva la diferencia", es un
rasgo netamente femenino esto de guardar todo, de retener: ropas que no usás o
que no te entra por si algún día te pinta usarlas o adelgazás; envases; frascos
de perfume, en fin, ¡guardamos todo! Habrá muchas razones, pero en general,
creo que son útiles para guardar, regalar, utilizar, etc. Yo guardo apuntes,
ropas, regalos… después tenés la típica de alguna amiga: ¿No tenés una bolsita
para llevar esto? Y ahí aparecen en escena”.
A
pesar de señalar que se trata de un rasgo de las mujeres, AV plantea que no
está “tan segura de si es una costumbre netamente femenina, de hecho una de las
razones por las que se guardan es que son reutilizables y eso no es exclusivo
de nosotras, lo que sí creo es que no sé si ellos guardarían la cantidad de
bolsas que sí lo haría una mujer; pero voy a indagar con la platea masculina y
te chusmeo”.
Y
agrega: “Tengo colgada en la pared una gran bolsa, tamaño gigante, con decenas
de otras dentro que voy reutilizando y me encantan. No llevo la cuenta, pero
debo tener unas 100 y algo y siguen llegando; se va una pero se repone”.
Respecto de lo que piensan los hombres respecto de la acumulación de bolsas,
con mucho humor AV dice que los de su entorno “¡No se enteran de nada! Y
también salen beneficiados cuando la solicitan, así que no hay quejas ni
comentarios al respecto; creo que tampoco dirían nada si se enteran. De todos
modos, es un buen tema de sobremesa de domingo, jajajaja. Las razones pueden
ser netamente personales, algunas son coleccionistas de alma, otras son muy
salidoras y regaladoras y es sumamente práctico tener bolsas a mano; ¡otras
porque no tiran ni los boletos de colectivo! Seguramente habrá miles…”
Sin
duda respuestas fueron muy interesantes, aquí las tienen desglosadas.
- -
Todas
coincidieron en que guardan bolsas.
- -
La
mayoría aseguró que es una costumbre netamente femenina.
- -
Razón
principal de por qué se guardan:
1-
Por
utilidad.
2-
Por
estética.
3-
Porque
se pueden necesitar para llevar algo.
4-
Porque
es más elegante que una bolsa de supermercado.
5-
Algunas las usan para reemplazar bolsos y
carteras.
6-
Porque
son más resistentes que otras bolsas.
7-
Porque
recuerdan el momento en que hicieron una compra.
8-
Por
saber que están ahí.
9-
Porque
marcan prestigio socio económico de acuerdo a la marca que exhibas.
10- Porque alguien te puede pedir.
11- Porque las coleccionan.
- - Cantidad:
Algunas conservan unas pocas, otras superan las 100. Pero el promedio oscila
entre 30 y 50 bolsas. La cantidad es directamente proporcional a las compras
que realizan y si son compradoras compulsivas o no.
- -
Lugar
de guardado: en el armario, cajones, unas dentro de otras, colgadas de un
gancho en una pared.
-
- La
relación con el género masculino: Los hombres también las utilizan y suelen
guardarlas, sobre todo los más jóvenes pero también hay quienes se quejan.
-
- Sentimiento
que despiertan: Pena por tener que usarlas y se deterioren. La marca da
prestigio.
- - Rasgos que más llaman la atención: los
colores, las letras, los dibujos, la calidad del papel o cartón, la marca.
EXPLICACIONES A MODO DE
CONCLUSIÓN
Entre
las respuestas que dieron sobresalió un dato que ya me había pasado por la
cabeza; tiene que ver con la utilización de la marca que se exhibe en la bolsa
y que no quería dejar de mencionarlo como una razón muy importante de por qué
se guardan las bolsas.
Jóvenes
y adultos, adolescentes y personas mayores no suelen quedar exentos del influjo
que generan las marcas y la publicidad en nuestras costumbres y cómo muchos
desean mostrarse ante sus pares para ser aceptados. Cada etiqueta está
directamente asociada a un nivel de consumo y de posición socioeconómica de la
persona que adquiere un producto (ropa, calzado, accesorios, etc.); el hecho de
exhibir una bolsa con una marca determinada muestra a los demás que estamos a
la moda, que tenemos una situación más holgada que otros y muchos creen que por
identificación o prestigio social se pueden pertenecer a determinados grupos.
De allí también el hecho de guardar y usar bolsas de determinadas marcas más
que otras. Eso sí, no pienso referirme a la publicidad gratuita que se hace
utilizándolas, tal vez eso quede para otro post.
Pero
más allá de eso, también consulté a mi psicoanalista preguntándole justamente sobre
este rasgo femenino de guardar, conservar las bolsas de las compras. Y si bien
no me respondió directamente me explicó que la expresión “salir de compras” en
las mujeres suele ser interpretado en sesión como el deseo de encargar un niño.
Es decir quedarse embarazada. Yo me quedé pensando un rato largo en cómo se
relacionaba una cosa con la otra y que connotación veía él entre las bolsas y
los bebés. No me dijo mucho más y lo descartó de plano para hablar de otras
cosas. Pero después de dar mucha vueltas a lo que me quiso decir arribé a la
conclusión que es una característica femenina el gusto por salir a comprar, a
adquirir cosas, a guardarlas, conservarlas, cuidarlas y que sólo las mujeres
podemos tener hijos a quienes justamente los conservaríamos, cuidaríamos, etc.
No
conforme con ello busqué en otro dato que me dieron las encuestadas, AV, quien
mencionó a Pilar Sordo, la psicóloga y escritora chilena. En su libro “Viva la
diferencia” (2005) explica justamente esta tendencia de guardar. Sostiene que a
las mujeres se nos dificulta “soltar” y que marca todas las etapas de la vida,
al parecer desde la depresión post lactancia, el síndrome del nido vacío, etc. A
nivel profesional, por ejemplo, menciona que dentro de la industria cultural
los hombres crean obras literarias anuales o por lo menos cada dos años y en
forma regular; ellas en cambio suelen demorar mucho más.
Entre
esas diferencias con los hombres la especialista identifica a las mujeres como “retentivas”
y a los hombres como "expulsadores", y como punto de partida se
refiere a las funciones biológicas de ambos sexos: “en el caso del hombre él
debe liberar sus espermatozoides, desprenderse de ellos, mientras que la mujer
tiene que retener a su bebé. A partir de estas funciones, se puede extrapolar a
distintas áreas. A nivel fisiológico, por ejemplo, la famosa Estitiquez
femenina, más conocida como la maldita celulitis, la cual se relaciona con la
retención de líquidos y grasa de manera inadecuada. Esto ocurre un 80% más en
mujeres que en hombres”.
A
su vez, explica que la capacidad de "retener" tiene que ver con “insistir,
preguntar, chequear sentimientos como: ¿Me querés?, ¿Me extrañás? Otra forma
más alusiva de retención es coleccionar cosas: desde guardar las sobras de la
comida hasta coleccionar papeles y papelitos, los dibujitos de los hijos y
cualquier cosa que por más insignificante que parezca guarde valor emocional.
Esto inofensivo para la mujer si no contempláramos cómo afecta nuestra
capacidad de resolución de conflictos: las mujeres somos más lentas, nos cuesta
olvidarnos, dejar atrás los conflictos y avanzar”.
Ellos,
en cambio, tienen la habilidad de desprenderse de las cosas con más habilidad. “Cuando
se trata de tomar una decisión, son más centrados en los objetivos y pueden dar
vuelta la página con mayor velocidad. Y ni hablar en el terreno amoroso: no es
casualidad que ellos sean capaces de restablecer relaciones afectivas con mayor
facilidad. Frases del tipo "cambia la cara" o "¿Seguís
enojada?", son expresiones que muestran su facilidad para avanzar y soltar
problemas”.
En
fin, después de esto no puedo decir mucho más. Me dejó con la boca cerrada,
porque me cayeron todas las fichas juntas a muchas otras dudas. Como verán
empecé planteando un tema súper superfluo del que esperaba sólo reírme un poco
y que tiene que ver con la costumbre que tenemos todas de guardar las bolsas y
terminé descubriendo por qué lo hacemos; por qué las mujeres nos comportamos de
una determinada manera y cuál es la reacción propia de los hombres. Espero que
nos sirva de algo, eso sí, mi gusto por conservar las bolsas no cesará, sólo
que ahora me comprendo un poco mejor.
Chicas
(LT, VP, AM, LDC, VU, CB, VC, AH, SA, AV) Gracias por sus aportes, sin sus
comentarios no habría avanzado mucho más, espero que a ustedes también les
guste y les sirva para comprenderse un poquito más como mujeres y por qué
hacemos lo que hacemos. ¡Gracias de nuevo!
Hola! mi nombre es Mariela, amiga de Andy, y cuando me comentó de tu blog no dudé en ver de qué se trata esta nota... Me puse a pensar, porque es algo cotidiano el hecho de "conservar bolsas de regalo". Las palabras tienen un sentido y algo simbólico en las conductas explican mucho de ¿Qué es lo que significa para nosotros conservar este tipo de objetos?
ResponderEliminarNada,ninguna situación, acción, sentimiento es porque sí...a todos le atribuimos sin darnos cuenta o concientemente un significado...eso es propio de nuesta humanidad. Ahora si nos ponemos a pensar reflexivamente sobre el significado y valor que le damos a las cosas....y de la manera en que nos relacionamos con ellas....
Hay bolsas que nos identifican por sus diseños y escrituras, hay bolsas que han contenido objetos de valor sentimental, hay bolsas que nos recuerdan de alguna salida o momento vivido, hay bolsas que esperan salir...al encuentro de otra persona, suceso, acontecimiento, futuro regalo...al exterior. ¿Qué pasa cuando nos aferramos a las cosas, casi como también a las personas...? Proteger y cuidar significa amar,querer? ¿que tal si cuidamos de más...? por miedo a perder....¿qué? ¿qué perderíamos allí...? Si queremos algo o a alguien necesitamos disfrutarlo...verlo por lo que es...y dejar que cumpla su naturaleza...no me pertenece...si queremos algo debemos dejar que fluya su valor su significado....es lindo, es colorido, pero tiene su razón de ser...y está para ser utilizado...y sino coleccionado para su admiración (como en un cuadro) Pero cuando tenemos algo que no sabemos que lo tenemos porque está acumulado, guardado, apilado...sin ser visto...¿entonces...me pregunto...para qué lo quiero? ¿Para qué conservamos algo que se estanca...que no nos sirve para ser sólamente conservado? Una caja de recuerdos es muy significativa pero....si sé que está ahí...y si sé qué hay ahí....y si lo quiero porque es especial y yo sé porqué es especial...
Ahora si tiene valor el hecho se seguir conservando una costumbre de acumular bolsas porque es lo que hacía mi mamá o mi abuela...entonces...hacerlo es un a forma de ritual...para conmemorar a una persona que tiene valor para nosotros...pero la acción en sí no nos interesa...sólo porque nos es significativo continuar un ritual que nos habilita el recuerdo de ese ser querido...entonces ahí tiene significado. ¿Cuántas bolsas podemos apreciar? ¿no será que estimamos demasiado las cosas y en realidad lo que necesitamos es el aprecio de esas muchas personas que con cariño nos han hecho alguna vez un regalo? ¿o de los autoregalos que nos dimos anosotros mismos?
Somos seres de significado, de un hacer simbólico...ceremonias, rituales, palabras, gestos...somos expresión...ninguan acción queda inhibida de significado.
Besos a todos!
Genial! me encantó, ya la subo al face ;)LDC
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