jueves, 27 de octubre de 2011

El ¡BOOM! Chick-lit

ADVERTENCIA: Si estás por comenzar a leer y eres hombre quedas debidamente advertido que el contenido de este post es exclusivo para mujeres, pues sólo el género femenino podría entender verdaderamente de qué se trata. Si decides seguir adelante, lo harás bajo tu propia responsabilidad, absteniéndote de realizar cualquier tipo de valoración peyorativa al respecto. ¡Gracias!  ;)


Pertenezco a la generación de chicas que crecimos leyendo todo lo que caía en nuestras manos, sobre todo muchas revistas de mujeres y novelas románticas. Si tenés entre 25 y 40 años supongo que recordarás publicaciones como: Chicas, Para Ti, Tú, Cosmopolitan, Vanidades, Elle, Teen, Mujer, Máxima, etc. En fin, un sinnúmero de semanarios que  junto a las colecciones de historias de amor editadas por Javier Vergara Editor y Harlequin Ibérica, eran tema de lectura femenina casi obligada.

El material -como siempre y aún hoy- se presentaba bastante estructurado y apuntaba a “cubrir” los intereses y necesidades de las mujeres en materia de moda, cuidado del cuerpo, relaciones de pareja, nuevas tendencias, erotismo, sueños, deseos, salud, familia, cocina, etc, etc, que no vienen al caso porque apunto a otra cosa.

Ahora que tienen fresca la memoria, imagínense por un momento meter dentro de una licuadora las historias románticas con los consejos de esas revistas. El resultado es, a mí parecer, lo que se conoce como Chick-lit, el cual desde hace poco menos de diez años se ha convertido en un éxito de venta en materia literaria.

Mi intención es ser más gráfica aún. Las películas Sex and the city, El diablo viste a la moda, El diario de Bridget Jones, Cómo ser mujer y no morir en el intento, Diario de una niñera, En sus zapatos, Pos Data Te Amo, son algunos de los filmes basados en libros que integran este subgénero literario dirigido a un estereotipo de mujer muy claro.

¿A qué patrón femenino? Al modelo de chica actual: Soltera, profesional, más o menos obsesionada con el peso, la imagen, con una o dos amigas en sus mismas condiciones y, sobre todo, desesperada por conseguir un novio decente y estable, en el que el límite de tolerancia suele incluir a alguno que otro psicótico, inmaduro y hasta asexuado.

CONSUMIDORA Y SIN SABERLO

El término Chick-lit proviene de una construcción del lenguaje americano que equivale a “chica” y hace también referencia a “literatura”. Fue utilizado por primera vez por los escritores Cris Mazza y Jeffrey DeShell cuando en 1995 editaron su antología con un título irónico: “Chick Lit: Ficción Postfeminista”.
Como siempre en mi vida, acabo de enterarme de la existencia de esta categoría literaria por casualidad. Fue por un cartel publicitario que promociona esta clase de obras en formato de bolsillo. Y lo peor es que no es para nada reciente ¡ya leí varios de los títulos e inclusive tengo algunos!

Sin embargo, este formato de relato surgió antes que el término con el que se lo conoce, fue a partir del libro “Confesiones de una sociópata y escaladora social: Crónicas de Katya Livingston”, escrito por Sue Townsend a mediados de la década de los noventa.
Considerado un subgénero dentro de lo que despectivamente muchos llaman novela “rosa”, en su momento se definió como un tipo de segunda ola feminista que pretendía mostrar la extensa gama de experiencias que atraviesa la mujer actual, incluyendo el amor, noviazgo, los problemas de género; inclusive abordando temas violentos y sexuales.

En esta clase de novelas las protagonistas tienen menos de  40 años, son independientes, un poco torpes pero divertidas, optimistas, trabajadoras, urbanas y -a diferencia de las lectoras- glamorosas. Lidian con matrimonios, infidelidades, estrés, maternidad, divorcio, dietas, la presión social para llevar una vida ideal según los parámetros antiguos y al final del libro consiguen el tan ansiado y perfecto príncipe azul.
La diferencia es que ahora esos caballeros de brillante armadura fueron sustituidos por hombres de negocios o profesionales que no dudan en presentar su lado sensible y tierno, es decir, un modelo masculino más acorde a la época actual pero aún bastante alejado de los hombres que conocemos o con los que convivimos. Normalmente están ambientadas en lugares urbanos como Londres, Nueva York o Dublín.

EXPLOSIÓN EDITORIAL

Según dicen es un género escrito por mujeres para ser leído por mujeres, con lecturas que resultan entretenidas y ágiles. Comenzó a venderse muy bien a partir de 2000, cuando algunos de los títulos -que luego se llevaron a la pantalla grande- alcanzaron los primeros lugares en las listas de best-seller.

No hay dudas de que el negocio de la literatura romántica es un hecho: copa casi el 40% del mercado de ficción, el cual genera 902 millones de euros anuales por 2.285 títulos publicados y más de 64,6 millones de lectores. En España por ejemplo, las cifras son un poco más modestas: unos 30 millones de euros anuales y un 4% del mercado, una realidad en alza; y en la Argentina los números son semejantes a los de la Península Ibérica.

Ante ese aluvión de compradores, en su mayoría mujeres, las grandes editoriales vieron este negocio y gestaron nuevos sellos dedicados exclusivamente a publicar y publicitar libros Chick-lit. Plaza y Janés resucitaron Harlequin, con entregas semanales; Planeta inauguró Esencia, Grup2 compite con Talismán y Urano cuenta con Titania, también surgieron Norma y Aguilar, por nombrar algunas.

Las mismas editoriales advierten que no son libros sexuales, sino más bien relatos de mujeres modernas que juegan con el histeriqueo, la seducción pero que materializan el fracaso, con humor y glamour.

Como no podía ser de otra forma, ya existen variaciones de este subgénero literario como los que están enfocados a latinas de clase media radicadas en los Estados Unidos: Chica-lit; Matrona-lit, específicamente para las mujeres maduras; o los Teen-lit dirigidos a las adolescentes, en los que se abordan temas actuales dentro del ambiente estudiantil y juvenil. Inclusive el Chick-lit vampírico o fantástico: libros que por su estilo y temática se pueden considerar chick-lit pero, en lugar de chicas normales, sus protagonistas y la gente de su alrededor son criaturas sobrenaturales. Y como si eso no fuera suficiente, ante el auge comercial también se derivó una rama editorial de relatos para hombres conocida como Boy-lit.

AUTORAS Y TÍTULOS
En fin, hasta yo me sorprendí de la cantidad y variedad. Entre todo lo que encontré hay un montón de escritoras y de títulos:
- Nancy Mitford es la principal precursora de este género. En sus divertidas novelas recreó las aventuras de ella y sus hermanas, todas personajes famosos de la vida social inglesa de la primera mitad del siglo XX. Sus principales obras son “A la caza del amor”, “Amor en clima frío”, “La bendición” y “No se lo digas a Alfred”.
- Marian Keyes, considerada la reina del género y una de las más apreciadas por los lectores. Algunas de sus obras son “Lucy Sullivan se casa”, “¿Quién te lo ha contado?”, “Por los pelos” o “¿Hay alguien ahí fuera?”
- Helen Fielding, creadora de Bridget Jones. Su obra más conocida es “El diario de Bridget Jones”. Ha escrito también “Ricos y famosos en Nambula” y “La imaginación descontrolada de Olivia Joules”.
- Candace Bushnell, mundialmente conocida por haber escrito “Sexo en Nueva York”, poco después llevado a la pequeña pantalla de la mano de Sara Jessica Parker. También autora de “Mujeres en Manhattan” y “Tras la pasarela”.
- Meg Cabot tiene en su repertorio tanto novelas chick-lit como novelas románticas, estas últimas firmadas con el pseudónimo de Patricia Cabot. “El chico de al lado”, “Cuando tropecé contigo”, “He vuelto a hacerlo”, o “El diario de la princesa”, que ha sido llevado al cine con el nombre de “Princesa por sorpresa”.
- Sophie Kinsella, escritora de la serie de “Loca por las compras”, ha publicado también “Reina de la casa” y “No te lo vas a creer”. Sophie Kinsella es el pseudónimo de Madeleine Wickham autora de novelas como “¿Cómo vamos a dormir?” o “Copas para tres”.
- Plum Skyes, editora de Vogue que ha logrado un gran éxito con tan sólo dos novelas publicadas: “Las rubias de 5ª Avenida” y” A por todas”.
- Lauren Weisberger se dio a conocer a raíz de “El diablo viste de Prada”, basada en su propia experiencia con Anna Wintour, editora en jefe de la revista Vogue. Ha escrito también “Cómo ser lo más de Nueva York”, “Chasing Harry Winston”.
- Emily Giffin con sus obras “A prueba de bomba”, “¿Me lo prestas?” y “El viaje de Darcy”.
- Carmen Rico-Godoy, primera escritora española reconocida del género con "Cómo ser mujer y no morir en el intento", de la cual han publicado una segunda parte y hay rumores sin confirmar de más.
- Rebeca Rus, española que logró un gran éxito en el género con sus novelas “Sabrina: 1, El mundo: 0” y “Sabrina contra el imperio del zapping”.
- Miriam Lavilla Muñóz, española, con su obra “Aceptamos marido como animal de compañía”.
- Megan Maxwell, con su popular novela “Te lo dije”.
- Cecily von Ziegesar, americana creadora de la serie de novelas “Gossip girl”, "The It Girl" y "The Carlyles".
- Rachel Antúnez Cazorla, española, empezó a trabajar sobre novelas de género romántico algo más clásicas como "Contra los Límites" y "Más allá de los Límites", hasta que un buen día se decidió a crear su obra "Las tarántulas venenosas no siempre devoran a los dioses griegos".

Mucho más fantásticas se encuentran:
- Richelle Mead con “Cantos de súcubo”
- Kimberly Raye autora de “Citas en el más allá”.
- Zuleima Martínez escribió "Malas malísimas".

ARGENTINAS, AL FRENTE
La Argentina también tiene sus exponentes y un registro amplio de obras promocionadas en esta categoría:
- Laura Escudero: “Los parientes impostores”.
- Sara Pennypacker: “Clementina”.
- Carolina Aguirre: con el seudónimo de Lucía González publicó “Ciega a citas”.
- Marina Macome: “Los enredos de la Srta. Pacman”.
- Julia Larotonda: “Luz, cámara, acepto”.
- Fernanda Nicolini: “Te pido un taxi” en coautoría con Mercedes Halfon.
- Celia Dosio: “Tenemos que hablar”.
- Alejandra Zina: “Barajas”.
- Viviana Kahn: “Mi libertad por un novio”.
- Verónica Schullman: “Sábados de súper acción”.
- Patricia Suárez: “Lucy”.

El listado es increíble y en la búsqueda de títulos me topé con la existencia de werbs y blogs dedicados exclusivamente a las autoras del género: www.chicklitargentina.blogspot.com, www.webjam.com/chick_lit, www.chicklitplus.com.  Si bien algunos llevan tiempo sin actualizarse, allí se pueden encontrar entrevistas a las escritoras, comentarios de libros, imágenes y notas publicadas en revistas femeninas acerca de este boom editorial.

No son títulos que quedarán en la historia de la literatura universal como los más representativos en materia literaria de esta época ni mucho menos. Sólo un producto editorial que resultó ser éxito de ventas, escrito por mujeres y que presentan un modelo cultural posmoderno que intentamos alcanzar las chicas sin resignar nada, el cual muchas veces nos genera más estrés que buena fortura.

En conclusión, el Chick-lit no es una cuestión de géneros sino de novelas que pueden ser leídas por cualquier persona que tenga humor y ganas de indagar en el universo femenino sin complicarse demasiado la existencia.

1 comentario:

  1. ¡Gracias Lis por todo! Sin tu invalorable ayuda hubiera sido muy distinto este blog.

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