sábado, 16 de agosto de 2014

Los mitos continúan

Luego de la última publicación vinculada a la serie Buenos Aires es leyenda, La guía mítica de seres en 2012, Guillermo Barrantes, Víctor Coviello, acompañados por las ilustraciones de Patricio Oliver, retomaron las leyendas.
Desde hace un año publican historias breves en la sección Cazafantasmas de la revista infantil PIN de Caras y Caretas, relacionadas con mitos de distintos puntos del país.
Si bien tales relatos no tienen el condimento, los detalles sobre cada investigación y el desarrollo de las narraciones de la trilogía Buenos Aires es leyenda, nos ayudan a sobrellevar la espera del cuarto libro.


En La guía mítica de seres incorporaron entre los protagonistas de los mitos porteños, la historia de La dama de blanco, y es justamente con esta leyenda que iniciaron las publicaciones en septiembre de 2013 en la revista PIN. En ella fueron en busca de la joven en el cementerio de la Recoleta en la Ciudad de Buenos Aires.
La segunda entrega, en octubre, fue El vampiro de la ventana, una historia en la ciudad de Monteros (Tucumán); y desde allí se trasladaron hasta el pueblo de Alemanía (sí, con acento) en Salta y contaron la leyenda de El tren fantasma.
Para cerrar el año, en diciembre relataron El fantasma de Nochebuena, el espectro de un irlandés que llegó durante la segunda invasión inglesa en Buenos Aires y que tras ser herido y rescatado por una familia se quedó a vivir en estas tierras e inició la tradición del árbol de navidad en la ciudad.
Con la llegada de 2014 y aprovechando el verano, el número de enero de PIN apareció con la historia de El barco fantasma de Mar del Plata, el pesquero Marcelina de Ciriza. Casualidad o no, así como ellos fotografiaron un barco fantasma en La Feliz, yo también lo hice, pero esa es otra historia.
En febrero plasmaron el mito de La virgen del cerro, un ascenso en las sierras cordobesas a 3.000 metros de altura. Cuenta la leyenda que hay una laguna en la cima en la que habita una sirena que cantaba y arrastraba hasta las profundidades de las aguas a los indios Comechingones.
La siguiente historia en marzo pasado, El libro de los duendes, estuvo situada en El Bolsón (Río Negro). Allí se encontraron sin saberlo con un duende bondadoso que suele ayudar a los caminantes extraviados.
En abril, visitaron el Cristo Redentor y Puente del Inca (Mendoza), en donde conocieron la leyenda de Futre, el jinete sin cabeza.
De vuelta en Buenos Aires, en mayo nos dejaron El árbol de las brujas, un ombú ubicado en calle Paraguay entre Pizzurno y Rodríguez Peña, en la intersección de los barrios Balvanera, San Nicolás y Recoleta, donde al parecer existe el ingreso a una salamanca en la que hace siglos se realizaban aquelarres.
En junio pasado se enteraron de la maldición de Álvarez, un pueblo en el que habita El hombre lobo de Santa Fe. Desde allí, una vez más, situaron sus historias en Río Negro. En julio, primero, con Nahuelito el monstruo del lago en San Carlos de Bariloche y la isla Huemul; y en el número de agosto de PIN, en el golfo de San Matías con La ciudad perdida. Una leyenda en la que apenas atisbaron a ver la Ciudad Perdida de los Césares y el Santo Crial.
Historias geniales que nos hacen desear conocer más y más los relatos fantásticos que tiene la Argentina, eso sí, de la mano de estos escritores.
Aquí les dejo los relatos de cada uno de los doce meses de publicaciones por si se los perdieron. 
Gracias a Guillermo Barrantes, Víctor Coviello y Patricio Oliver por compartirlos!!!!!















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