domingo, 28 de septiembre de 2014

Hermes, la escultura metálica que homenajea al Mercosur

Esta es una nota interesante que demuestra cómo detrás de cada objeto, obra, que a veces encontramos en las ciudades, hay historias interesantes. Aquí les dejo una.

Desde una altura de cinco metros el dios grecorromano del comercio Hermes (Mercurio), hace casi dos décadas, es fiel testigo de la circulación entre Corrientes y Chaco a través del puente interprovincial General Belgrano, una de las rutas principales en el corazón mismo del Ñemby Ñemuha1.

A los pies de la zona de descenso del viaducto, a pocos metros del área fundacional, se alza esta figura que fue concebida para homenajear al Mercado Común del Sur (Mercosur) firmado en marzo de 1991. No se sabe si hay otras esculturas que fueron engendradas con el mismo objetivo, pero sí fue la primera.

Al menos así lo asegura el escritor y periodista Alejandro Mauriño, que fue durante su gestión como subsecretario de Cultura de la provincia, cuando se erigió esta obra escultórica entre 1994 y 1995.




Como toda creación de arte público, en su momento Hermes no estuvo exenta de polémica, aunque dos décadas contribuyeron a echar un manto de olvido. Tal vez en aquel entonces, aún las comunicaciones no estaban tan desarrolladas como ahora, y para gran parte de los correntinos pasó totalmente desapercibida; y pese a estar imbuida de simbolismo, se convirtió en pocos años en un objeto meramente de adorno en la ciudad.

De hecho no son muchos los que saben de qué se trata. Cuando comencé a preguntar por ella, quién había sido su autor, cuándo se había realizado y qué significaba, muchos reconocieron que no tenían ni idea. Como si hubiera sido emplazada en ese paseo desde antes de la fundación. De hecho llegué a escuchar que seguramente representaba a alguno de los adelantados españoles que arribaron desde Asunción (Paraguay) para fundar Corrientes en 1588.

De todas formas no había que hacer mucho, tan solo ir hasta el lugar donde está instalada para advertir que en la placa a los pies de la efigie, están los datos básicos: "Esta escultura, que sintetiza el tratado cuatripartito suscripto por las naciones hermanas de Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina; fue erigida entre los años 1994-1995. (...) Figura metálica que representa al Dios Grecoromano "Hermes"(o Mercurio) protector del comercio y la comunicación; su autor fue el escultor brasileño, Paulo De Siqueira". Pero no aporta mayores detalles respecto de la historia que hubo detrás de este excelente trabajo realizado con chatarra. Y para ello recurrí a quien podía darme tales datos, el propio Mauriño.

ESCULTOR BRASILEÑO

La idea de crear una obra para homenajear al Mercosur comenzó a analizarse en el Gobierno provincial de aquel entonces, tiempo después de que se firmara el tratado de integración  en 1991 y durante las gestiones que se desarrollaron para que el Mercado Común del Sur tuviera su existencia como persona jurídica de Derecho Internacional, que finalmente se resolvió en el Protocolo de Ouro Preto (Brasil), el 16 de diciembre de 1994.

Por aquel entonces, en Corrientes, Arte Ahora -el grupo de artistas visuales de la provincia que fueron pioneros en el muralismo local- se encontraba en su apogeo y transitaba lo que se llamó su segunda formación. El colectivo artístico estaba integrado en esa etapa por artistas plásticos, poetas, músicos y escritores, entre los que más destacaban Juan Carlos Soto, José Kura, Fernando Calzoni y Jorge Sánchez Aguilar, entre otros.

Este grupo había conocido, tiempo atrás, al escultor brasileño Paulo De Siqueira, quien tenía una importante trayectoria artística, sus trabajos se exhibían en varios estados de Brasil y sus obras habían sido premiadas. Fueron ellos quienes propusieron el nombre de este artista, oriundo de una república hermana, para erigir la obra de homenaje al Mercosur.

"Efectivamente, la gestión fue mía con la colaboración del grupo Arte Ahora, y la verdad me costó no pocos dolores de cabeza", cuenta Alejandro Mauriño.

Según relata, desde el comienzo tuvieron todo tipo de inconvenientes con De Siqueira, inclusive antes de su llegada a Corrientes. "Se le cursó una invitación formal en la que se lo invitaba a realizar la obra, se cubrían los gastos de hospedaje, le dábamos un diploma y se iba; él aceptó pero llegó una semana después de lo pautado. El día que tenía que arribar según lo previsto, estábamos todos esperándolo en la Subsecretaría, con un diploma, incluso el poeta Jorge Sánchez Aguilar había escrito una oda de bienvenida para De Siqueira, pero no llegó. Lo hizo varios días después y con el motor fundido de la camioneta, así que tuvimos que correr con todos los gastos de mandar el vehículo al mecánico para que se lo arreglen a nuevo. Lo alojamos en el hotel de Turismo donde tenía que estar un mes para realizar la escultura e irse, pero se quedó ¡15 meses!"

Uno de los puntos que también demandó gestión fue conseguir la chatarra de metal para que el artista pudiera comenzar  la obra. "Aunque es chatarra, costaba. Tuvimos aportes privados, la Quilmes aportó hierros, otra empresa también compró metal y un banco puso dinero. Fue una importante contribución por parte del sector privado", reconoce Mauriño.

En su relato, el ex funcionario menciona que al principio el artista llegó solo, pero luego tuvieron que albergar a quien en principio creían que era el hijo del artista pero luego se reveló, que en realidad era su pareja. "Primero la jugó de heterosexual, inclusive se puso de novio con una chica correntina, luego nos hizo creer que su hijo iba a venir a ayudarlo, pero se cayó toda la mascarada y quedó en evidencia que el que había venido era su novio, instalándose con él en el hotel. Fue un escándalo".

Dos décadas después de la experiencia con el polémico visitante, Mauriño reconoce que "todo fue mal parido desde el principio, porque tendríamos que haber firmado un contrato para la realización de la obra y los plazos, pero no se hizo y admito que fue culpa mía".

ULTIMATUM

Las demoras en la entrega de la obra y los reclamos para que la finalizara llegaron a un punto extremo en que un día De Siqueira tuvo un ataque de nervios y comenzó a golpear e intentar destruir la escultura.

"En ese momento dijimos basta. Una noche fuimos con la policía y retiramos la escultura de los galpones del ex Regimiento 9 donde estaba trabajando de hacía más de un año, y la llevamos a un corralón municipal que funcionaba por calle Lavalle, donde hoy se encuentra el Mercado de Productos Frescos. El brasileño a los gritos reclamó que le habíamos robado la obra; así que se le pidió que se calmara y se le dieron dos opciones: terminaba la obra en 15 días, le dábamos un decreto declarándolo artista del año y le pagábamos 1.500 pesos -que entonces representaban 1.500 dólares por la paridad con la moneda extranjera- y se iba tranquilo; o al contrario, tirábamos la obra a la basura y al día siguiente lo echábamos del hotel y se iba con lo puesto. Finalmente terminó aceptando, no tenía más opción. Culminó, ensambló a Hermes en una semana y se fue, no se quedó ni para la inauguración", relata Mauriño.

"Es que la demora había sido excesiva, fueron 15 meses los que tardó; nosotros estábamos convencidos que retrasaba todo a propósito, porque en lugar de trabajar en el proyecto por el cual se lo había convocado, creaba esculturas de pequeño tamaño, con las que organizaba exposiciones en Corrientes y Resistencia y aprovechaba esas ocasiones para venderlas".

Inclusive cuenta que se hicieron varias versiones de la misma placa para colocar  en el monumento, porque se fijaba una fecha de inauguración que luego debía suspenderse porque el artista no cumplía con la entrega. "Tuvimos tres placas con fechas distintas, un día incluso nos dejó plantados con la grúa lista para trabajar, no apareció".

Pero más allá de todos los contratiempos y anécdotas que tuvo que pasar con De Siqueira, Alejandro Mauriño reconoce que "por un lado era un loco que te llamaba a las tres de la mañana para pedirte cualquier cosa, hasta lo más insólito, y lo querías matar; y por el otro, era un genio delirante que hacía obras magistrales, tomaba pedazos de metal a los que nadie daba ningún valor y con su imaginación les iba dando formas maravillosas. Sin ir más lejos, más allá de todo la escultura de Hermes es perfecta, hay que ir a verla, apreciar los detalles, lleva casi veinte años y sigue intachable".






REPROCHES POR UN DIOS PAGANO

Pero ese no fue el único inconveniente que tuvieron con la escultura. Tras la inauguración de Hermes comenzaron los llamados telefónicos  a la Subsecretaría de Cultura. Cuenta Mauriño que, en general la escultura el gigante metálico fue bien recibida por la comunidad correntina, que admiraba el trabajo de soldadura de las distintas piezas. No obstante también tuvieron fuertes censores.

La sociedad correntina tiene una fuerte raigambre religiosa, que quedó en evidencia al expresar su reproche hacia la elección de una figura de un dios pagano, para homenajear una acuerdo internacional con países hermanos.

"La gente admiraba la obra con curiosidad, pero hubo un grupo de ultra católicos que llamaban para criticar porqué habíamos puesto un dios pagano justamente en ese lugar, en el área fundacional donde se encuentra la ermita con la cruz. Me cansé de explicarles a cada uno que la obra es netamente un símbolo, que no íbamos a rendirle culto a Hermes, que la escultura tiene una alusión alegórica. Fue bastante difícil que se entendiera, pero finalmente creo que comprendieron el significado".

Historias y anécdotas, que sin duda, no se pueden dejar de conocer, que son parte indivisible de esta efigie que Paulo De Siqueira legó, más allá de las críticas, a los correntinos y al Mercosur. La obra está intacta, sólo el avance del óxido permite, comprender el paso del tiempo; la escultura de Hermes continúa allí, a la vista de todos, testigo mudo y representación de una integración comercial que por el momento se mantiene entre los países que integran el Mercosur.



DATOS DE LA OBRA

- Autor: Paulo De Siquiera
- Fecha de inauguración: 3 de agosto de 1995
- Materiales: chatarra metálica.
- Técnica: Múltiple (soldadura fuerte, doblado de alambre y atornillado).
- Dimensiones: 6 metros de altura total, hasta la punta del báculo, 5 metros a la altura de la cabeza.
- Peso: tres toneladas pesa la efigie; con el resto de las figuras ubicadas al pie de la obra, cinco toneladas.






PAULO DE SIQUEIRA

El artista Paulo Batista De Siqueira nació el 26 de julio de 1949 en Soledade, un municipio brasileño del estado de Rio Grande do Sul y falleció un año después de dejar Corrientes, a los 47 años, el 30 de julio de 1996 en Chapelcó, una ciudad del estado de Santa Catarina.

Según los relatos biográficos, era hijo de María De Siqueira y no conoció a su padre. Su madre se trasladó con su hijo, a Passo Fundo una localidad de Río Grande del Sur donde vivió y trabajó como cocinera en un instituto de educación. Allí Paulo pasó su infancia y recibió instrucción. Estudió hasta segundo año de la secundaria, pero luego abandonó la escuela para dedicarse al arte.

Los pocos datos que se encuentran de él hacen referencia a que era autodidacta, excéntrico y dueño de una personalidad muy fuerte. Su iniciación artística tuvo lugar a los 16 años, en 1965, cuando realizó su primera exposición en Passo Fundo y ganó el 1° lugar en las competiciones organizadas por la RBS TV, una emisora de televisión del Brasil afiliada a la Red Globo.

Fue escultor, ceramista, muralista, pintor y decorador. Usando su sensibilidad y conocimientos adquiridos en las decoraciones, en 1972 ganó el concurso de carrozas en la Fiesta de la Uva en Caxias do Sul.

Cuentan que Paulo De Siqueira supo valerse de las esculturas en la medida necesaria, dejando un gran espacio para la búsqueda de la modernidad. Desarrolló una carrera equilibrada, servido por el espíritu creativo y exuberante, abocado a la transformación de materiales de desecho en obras de arte. Era impredecible y espontáneo y siempre insistía: "Yo soy un ser libre". Se dedicó a la pintura, "para descansar del agotador arte de la escultura", del que dejó un total de 60 obras.

Participó en más de 30 exposiciones individuales y colectivas, y dejó una importante huella en murales pintados en los edificios públicos de Passo Fundo, Chapecó, Estado de Santa Catarina Sao Miguel D' Oeste y otras ciudades.

En los años 90 se le diagnosticó que era VIH positivo. Antes de su muerte en 1996, recibió numerosos honores. Murió el 30 de julio y fue enterrado el 31 de julio en el Jardín del Edén Cementerio en Chapecó.

1 Mercado Común del Sur (Mercosur) en idioma guaraní.







NdeR: Nota de Mariela Mioni, publicada en el suplemento La Correntina del diario Norte de Corrientes. 27 de Septiembre, 2014. Fotografías: José Blanco Decoud.


No hay comentarios:

Publicar un comentario