Esta
frase arraigada en la creencia popular hace referencia al estigmatizado agosto,
que comenzamos a transitar hoy, y que nos hace pensar que cada año el octavo
mes se presenta plagado de malos augurios. Frío, falta de alimentos y muerte identifican
este período.
Al
parecer son muchas las costumbres que se practican el 1º día para evitar
cualquier daño. En la zona del Litoral se cumple ineludiblemente con la
tradición de beber tres traguitos de caña con ruda; en el noroeste argentino, sobre
todo en Salta, se suele sahumar las casas; en Tucumán desde la víspera del
inicio del mes se mantienen despiertos y buscan evitar dormirse hasta pasado la
jornada por miedo para contraer algún mal. En Santiago del Estero ingieren té
de ruda, y en Paraguay se beben siete sorbos de Carrulim.
Todo
porque el octavo mes del año genera más de un resquemor.