jueves, 15 de septiembre de 2011

El lugar para las artes

El fin de semana estuve en Resistencia. Fui especialmente para ver la 1ª Bienal de Arte y Pintura del Chaco -que ideó y organizó el artista Milo Lockett- y tuve ocasión de ver a la gran mayoría de los 34 pintores invitados trabajando en vivo.

En el círculo central de la plaza 25 de Mayo se instalaron cada uno con un caballete y una mesita con pinturas, a desarrollar su arte. Pincel en mano, algunos optaban por concentrarse en la obra, otros a departir con los colegas o responder las inquietudes del público, que se acercaba a ver y a tratar de entender qué era toda esa movida cultural en pleno centro de la ciudad.

Entre ida y vuelta recorriendo la muestra, me llamó la atención cómo la gente transitaba de un lado a otro sin que la presencia de los artistas llamara demasiado su atención. No hay duda que los chaqueños están ya acostumbrados a diferentes despliegues artísticos. No me olvido que Resistencia es también sede de la tradicional Bienal Internacional de Esculturas, un concurso que se realiza cada dos años desde 1988 en el mes de junio y que el año que viene tendrá su 13º edición.

La ciudad desborda arte. En cada esquina, en cada boulevard, hay una escultura, una imagen o pintura en la pared. El arte público está presente y no tengo duda que allí se respira y se vive cultura; siempre que la visito continúo encontrándole obras y acciones nuevas.

Llevaba un tiempo bastante importante sin viajar a Resistencia y no conocía la Casa de las Culturas que se inauguró hace unos meses. Tengo que reconocer que ese mega edificio me sorprendió gratamente. Ubicada en una esquina frente a la plaza central y en diagonal a la Gobernación del Chaco, esta estructura deja impresionados a los visitantes.

No tardé mucho en entrar y recorrerla, sobre todo porque esta también fue sede de la Bienal de Artes y Pintura. A un costado de la entrada se exponía una serie de fotografías intervenidas sobre Nueva York en conmemoración al 9/11; mientras en la sala de exposiciones se exhibían los cuadros de los artistas que en esos momentos estaban pintando en la plaza. En tanto, en el primer piso, en el salón de conferencias tenía lugar una charla sobre los procesos creativos en la producción artística. Encuentros de VJ y bandas multimedias, recitales, debates y un millón de ofertas más.

Todo a la vez, todo al mismo tiempo y uno tenía que optar qué hacer, a cuál ir. Una multiplicidad de propuestas que te dejaban la sensación de querer más, de querer hacer todo, dividirte en cuantas partes sean necesarias para abarcar todo. Y la impresión que seguro tuvimos muchos, es que estaría bueno que se extendiera por más de los tres días que se programó para esta primera vez.

Por lo que estuve leyendo de las declaraciones de Milo Lockett el objetivo es mucho más ambicioso, pero muy valedero, y es que esta Bienal sea un impulso más para posicionar al Chaco como el Polo Cultural del Mercorsur.

Tal vez se logre, estaría muy bueno que ocurriera, sobre todo por el respaldo serio -al menos parece- que se está dando a la cultura, a las artes. Ojalá no quede sólo en un proyecto a futuro y sea una movida más de un año electoral en esa provincia y en el país. Sin duda en el 2013 veremos si esto fue así o no.

De todas formas, no creo que ninguno de los artistas que participaron se haya prestado con esa intención. Todo lo contrario, estoy segura que lo hicieron para ser parte del nacimiento de una acción cultural que dio y dará mucho que hablar en años venideros respecto al arte contemporáneo argentino.

Me parece justo mencionar a todos los artistas invitados que aceptaron participar de esta iniciativa: Alejandro Thornton (Buenos Aires), Anastasia Moisseff (Buenos Aires), Carol De Jong (Buenos Aires), Cesar Tschanz (Corrientes), Claudio Baldrich (Buenos Aires), Cristina Ferreras (Buenos Aires), Cristina Fresca (Buenos Aires), Dante Arias (Chaco), Diego Bastos (Córdoba), Emilio Fatuzzo (Buenos Aires), Felipe Giménez (Mar del Plata), Fernanda Piamonti (Buenos Aires), Germán Toloza (Chaco), Guillermo Llacay (Buenos Aires), Ignacio Zabalúa (Chaco), Javier Vargas (Chaco), José Mizdraji (Corrientes), Julián Matta (Chaco), Julio Zalazar (Chaco), Kiki Lawrie (Entre Ríos), Laura Asaro (Salta), Leonardo Blanco (Chaco), Lety Prone (Buenos Aires), Luciano Acosta (Chaco), Merche Vizcaya (Chaco), Noelia Farías (Córdoba), Norma Capponcelli (Corrientes), Paula Rivero (Buenos Aires), Pedro Cuevas (Buenos Aires), Ricardo Crespo (Buenos Aires), Roberto Rey (Buenos Aires), Rubén Kempa (Tucumán), Verónica Llobet (Buenos Aires) y Vicky Graglia (Buenos Aires).

Tal vez muchos no los conozcan, no sepan quiénes son, qué hacen, qué pintan, obviamente porque no están obligados a estar al tanto de la movida plástica en la argentina y sus exponentes actuales, pero puedo decirles que cada uno de ellos se viene gestando un nombre por sí solos en sus lugares. Algunos con más trayectoria y éxito que otros, pero es más que evidente que se merecían estar allí.

También quiero destacar una serie de performance en vivo, con un “personaje” super gracioso, -en sí ya es un personaje- Darío Zajdenberg, quien hizo reír a los presentes con la interpretación de distintos roles. Dicen que durante los tres días desarrolló seis personalidades distintas, yo sólo pude encontrar tres, el Doctor G, que cuestionaba todo, guiaba a los estudiantes por los distintos trabajos en la plaza, les explicaba sobre arte y trataba a la vez de establecer una relación entre el sexo y el arte. También estuvo Climax, el Super Héroe del Arte, justamente en defensa de las obras y la creatividad, y el Negro Mate. Sinceramente geniales, aportando una cuota de humor a todo el encuentro.

Y si de ser justos hablo, no puedo olvidarme de mencionar a los curadores de esta bienal: Federico Platener y Máximo Jacoby, y a los conferencistas: los fotógrafos Diego Frangi (Proyecto 365), Florencia Fabiano (People) y Alejandro González Iregui (Proyecto Distance), Manuela Rasjido, Enrique Salvatierra, Osvaldo Gómez; y por supuesto la Orkesta de Babel que estuvo tocando en el cierre del domingo.

En fin, la bienal me dejó la sensación de haber sido, aunque sea por un momento, parte de una acción cultural. De que yo era parte de la gestación de un encuentro artístico clave. Si ese era el objetivo de los organizadores, les puedo asegurar que tuvieron éxito. Aquí les dejo algunas fotos que “hablan” de lo que fue la primera BAP.

Fotos: www.bienaldeartechaco.com.ar

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